Amor a Roma V

61.- Los celos son la medianería entre el amor y el odio.
62.- Si los celos son señal de amor, es como la calentura del hombre enfermo al tenerla. Es señal de tener vida perdida enferma y mal dispuesta.
63.- El amor es una glotonería ciega y los que lo siguen, son a menudo ciegos.
64.- La ambición es la única potencia que puede luchar contra el amor.
65.- Aparta un amor antiguo con otro nuevo, como un clavo saca otro clavo.
66.- El amor es el deseo de obtener amistad de una persona que nos atrae por su belleza.
67.- El amor puede incluso detener la marcha del tiempo.
68.- El amor es ciego pero los vecinos no.
69.- A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y viven en dos islas distintas: Nunca se podrán reunir a pesar del amor.
70.- El amor tiene dos momentos preciosos: el primero y el último. Lo malo es el
tiempo que transcurre entre ellos.
71.- Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana.
72.- Nadie puede darse a dos amores.
73.- El amor a la indolencia es universal.
74.- Soportaría gustosa una docena más de desencantos amorosos, si ello me ayudara a
perder un par de kilos.
75.- La libertad es la capacidad de construir una vida basada en el amor y no en un
sistema.

Los Pecados Capitales: Lujuria

Empezaba a llover fuera. La tormenta resonaba en las paredes de la habitación, pero no nos asustaba, porque nosotros, estábamos dentro de otra tormenta. Una de sexo, placer y lujuria.

En ésta, al cerrar los ojos, sólo veo tu cuerpo en la oscuridad. Tus labios están mojados, tus besos envenenados, tus pechos son montañas que indican el camino a seguir en esta noche. Tu tripita es la flor de la vida. Las caricias se sienten reflejadas allí como espejo de vida. Tu ombligo es un agujero mágico por donde escapan todos lo males. Más abajo, esta la cueva, con sus puertas a la vida. También el placer. Continúan tus piernas, que son el recorrido de tus ideas y tus pensamientos. Allí una caricia refleja todo el poder del sexo. Al final de ellas, descansan tus pies. Están un poco manchados. Son delicados y pisan el suelo con cuidado para no hacer daño a las flores del jardín. El sol del deseo ilumina tu cuerpo. Empiezas a sentir calor y comienzas a desnudarte. El viento de la infidelidad mueve tu vello y tus cabellos. También tu miedo. El miedo de no ser feliz fuera de la tormenta.

Toco tu cuerpo como si fuera una obra perfecta. Mi mano recorre lentamente tu espalda hasta llegar a tus nalgas, donde la carne es más viva aún y baila con mi mano. Empiezas a acariciar mi cuerpo y mi sexo, crece al mismo tiempo que tu miedo se desvanece. Nos convertimos en animales de esta tormenta. Empieza a llover y las gotas de lujuria caen con fuerza en nuestros sexos. Me meto dentro de ti. Empiezas a gemir y tus gemidos llaman a los míos. Nos movemos al mismo compás. Sientes tu cuerpo lleno y nos balanceamos como a ti te gusta. Sientes tanto placer que no quieres más. No hay nada que nos distraiga de la tormenta. Fuera de nuestro planeta, hay un mundo imposible, pero dentro, todo es posible.

Te sientes tan llena que alzas la voz como una sirena. Son los truenos que se sincopan con los míos. Agarro tus pechos con mucha fuerza. Te siente húmeda. La tormenta esta penetrando en tu cueva. Nuestros cuerpos empiezan a estar mojados por la lluvia y por el sudor. Resbalan y se hacen más ágiles. No sientes mi cuerpo junto al tuyo. Tampoco mis manos apretando tus pechos, ni mis dientes mordiendo tu cuello. Te agarras fuerte a la cama, justo, cuando la tormenta para.

Me miras preguntándome que es lo que pasa. Mientras, ato tus manos al cabecero de la cama. Lo hago con un bufanda, para no pasar frío en la tormenta, aunque en ésta, la temperatura es elevada y el calor agradable. Sientes tus manos muy alejadas de tu cuerpo. Las piernas, están abiertas y ato cada una a un lado de la cama. Quieres que vuelva la misma intensidad de la tormenta. Quieres imaginar que no estas presa de la cama y que me puedes abrazar y coger dentro de la tempestad. Quieres que ésta vuelva con la misma intensidad. Necesitas sentir de nuevo la lluvia, la tormenta, los relámpagos y los truenos.

Acaricio todo tu cuerpo como la escultura más preciada, como el mayor tesoro escondido de los mayas. Soy contigo, como la nieve inseparable de las montañas. Como la lluvia y el viento en la tormenta. Empiezo a besar cada rincón de tu cuerpo. Comienzo por la oreja, el lugar menos conocido por ti. Me insinúo en tus labios, pero no los beso. Acaricio tu barbilla, beso tu cuello, paso mi lengua por tus pezones. Están duros, aunque su tacto es muy suave y fino. Acaricio tus hombros y tu espalda. Sigo hacia abajo y empiezo a besar tu vientre como si fuera oro. Mis manos y mis labios bailan suavemente y con delicadeza al ritmo de tu corazón, que se acelera por la excitación. Ya no tienes miedo. No piensas en disfrutar, simplemente lo haces.

Has desconectado de todo. Estamos solos tú y yo. Te encuentras en un estado de mística exaltación. Esta sensación no puede ser superada por nada. No sientes frío ni calor. No hay alegría ni tristeza. Miedo ni ira.

Sigo bajando y empiezo a besar tu monte de Venus. El ver que no puedes soltarte, que te encuentras atrapada en la cama, te excita aun más y la tensión de tu cuerpo aumenta tanto, que su excitación llama a la lluvia de la tormenta de nuevo. Vuelven los truenos entre gritos de placer. Muerdo tu monte de Venus y sueno la campana que hay debajo de él. La muerdo y la beso sonando la melodía del placer. Bajo un poco más y busco con un dedo, dos y tres dentro de ti. Te retuerces en la cama al compás de la campana.

Me pongo encima de ti y juntamos nuestros sexos. Nos balanceamos de nuevo y la tormenta se convierte en huracán. Te sientes un poco frustrada porque no puedes moverte como desearías. Esto te excita más y más. Nos fundimos en uno y el clímax comienza a ser máximo. Meto mis dedos en tu boca mientras estoy dentro de ti. El huracán llega a su máxima velocidad, fuerza, furia y sonido. Comienzan a moverse las cosas que hay en la habitación. La cama golpea con la pared con tanta intensidad, que se rompe una pata de la cama. Al caerse, te sueltas del cabecero y de una de las patas. Tu cuerpo se libera de la tensión y la excitación, aunque sigue enganchado a una de las patas de la cama. Me coges con fuerza y la tempestad nos lleva a la cumbre del mundo, donde nos encontramos con un cuerpo y dos almas, donde el placer es compartido en un orgasmo. La excitación y la tensión llega al máximo, y los sexos se funden en uno.

La tormenta, poco a poco se desvanece y la lujuria, se disuelve entre los poros de la piel, hecha sudor como pensamientos de deseo olvidados. La consciencia nos pone de nuevo en la vida presente y terrenal, donde los pecados capitales, nos contemplan desde cada esquina.

Amor a Roma IV

46.- Podemos ver amor sin celos, pero no sin temores.
47.- El matrimonio es el resultado del amor, como el vinagre de vino.
48.- En su primera pasión, la mujer ama su amado. En las restantes sólo ama al amor.
49.- El amor platónico, es el que se encuentra en una mirada en suspiro en una carta.
50.- Amor sin arte es el arte de amar.
51.- No diga que tiene amor, quien no tiene atrevimiento.
52.- No hay nada más poético y sublime que el amor entre dos personas que jamás
hablan de amor.
53.- El amor hace de todo amante un poeta.
54.- La amistad es un amor que no se comunica con los sentidos.
55.- Todo en el amor es triste, más triste y todo, es lo mejor que existe.
56.- En el verdadero amor no manda nadie. Obedecen los dos.
57.- Los juramentos de amor son el aliento húmedo de los vientos.
58.- Para tener a los otros contentos no hay cómo hacerles explicar historias de amor y fingir que uno se las cree.
59.- Andan el amor y el temor tan apareados, que adonde queráis volver la mirada, los
veréis juntos.
60.- El amor nunca hizo ningún cobarde.

His7orias de2de la Cueva: La Car7a

Encend1 una luz de la oscur1dad. Una vela y un mechero, d1eron un poco de v1da a m1 som6ría cueva. Me puse a rev1sar las cajas que llegaron tra1das por la corr1ente de la tempestad. En7re los papeles que ha61a, encon7re una mult1tud de car7as. Cog1 una al azar y comence a leerla...

"...Abr1 lo ojos y me d1 cuenta que no estaba solo. 4lguien estaba junto a mí abrazándome con pas1ón y locura. Era de noche y sent1a una fel1c1dad g1gante por estar all1. Aquella luz esta6a tras m1s ojos. Cuando los abr1, 7e v1 jun7o a m1, en m1 regazo durm1endo como un 4ngel ca1do del c1elo. 4car1c1a6a 7u pelo como s1 fuera seda, con7empla6a 7us la61os y l02 acar1c1a6a con lo2 m1o2. 7e susurra6a cosas 6onitas al o1do y te re1as. 7e desper7a27e y me vis7e allí fren7e a 7i. 7u2 ojo2 2e llenaron de m1 luz, la misma que no2 llena6a a los do2. 4 vece2 2olo vemo2 lo que queremo2 ver.

M1 corazón la7e depri2a cuando e2tá2 conmigo. Me hace2 2entir muy 6ien y mi 2angre fluye rápido para arch1var b1en e2o2 momen7o2 único2 que 2ólo me da2 7ú. Cuando es7oy con71go veo amanecere2 y luna2 a la vez. En la noche m1ro el c1elo y 7e veo en cada e27re11a. Cuando voy por la ca11e 7e confundo con la2 per2ona2 que pa2an. Vuelvo a echar una m1rada y veo que es o7ra per2ona. E2tá2 en m1 men7e como un 4ngel de la guarda.

Aunque lo que 7enemo2, e2 como 7iene que 2er, me 2ien7o fel1z, pue27o que 7e 7engo conm1go. S1, 2uele 11over en m1 corazón y 2e 1nundan 7oda2 m12 pena2, pero, 21empre vuelvo a a6rir los ojo2 y é27os 2e 11enan de nuevo de 1a 1uz que 7ú me das.

4 vece2, 1mag1no un mundo comple7amen7e perfec7o en el que 2iempre e2 de noche y 2ólo e2tamos 7ú y yo junto al mar. Hacemo2 el amor 6ajo el man7o de la2 e27re11as m1en7ra2 no2 acar1c1amo2. El v1en7o 2u2urra nue27ros nom6re2 al o1do m1en7ra2 no2 a6razamo2. La 2uave arena de la p1aya no2 envuelve como 2i no2 a6razara a lo2 do2 y no2 defiende de todo mal.

Me 1nvade una 2en2ac1ón de exal7ación hacia el cielo, e2 mi ángel de la guarda, que me 11eva a un lugar 2eguro, 7u regazo. Cuando 7e acaricio, e2 como 21 fue2e2 el arpa má2 6oni7o de la h127oria que me 7ran2m17e el 4lma del mundo y con su 6elleza, 7oco la melod1a de nue27ro amor. M1en7ra2, re2uena de fondo el 2onido de lo2 barco2 de1 mue11e de 5an 8las. 4 vece2, la melod1a 2uena de2af1nada y hace 11over en am6o2 corazone2, pero s1empre 7ermina af1nándo2e por el flu1r de lo2 d1a2.

Cuando amanezco 7u lado, el 5ol nace para no2o7ros 1lum1nando nue27ro amor, y cuando voy a dorm1r jun7o a 71, e2 2u hermana la Luna la 9ue nos 1lum1na. La na7uraleza no2 cu1da, pue2to que todo2 los elemento2 están pendientes de no2otro2. No2 con7emplan como el quin7o elemen70. 4sí la vida fluye con 71erra, 5uego, 4ire, 4gua y 4mor. E1 9uin70 e1ement0 es l0 que falta a la c0mp0sición del mund0.

4ndamo2 a6razando nue27ra2 mano2, fund1éndo1a2 en un 2egundo. Nue27ros cuerpo2 2iguen a 1a2 mano2 y a2í, de2de el codo ha2ta el h0mbr0, de2de la ca6eza ha27a lo2 pie2 no2 conver7imo2 en un mismo 2er lo2 do2. 5omo2 a21, c0m0 el 7iemp0 fundid0 en cada f070, en cada in27an7e, en cada 2uspiro de cada hom6re y cada mujer. No2o7ro2 2egu1mo2 fund1do2 aun9ue e27emos 1ejo2. 5eguimo2 fund1dos c0m0 e1 c1cl0 de1 d1a y 1a n0che. Nue2tro2 c0raz0ne2 e27arán jun7o2, aun9ue no lo e2tén nue2tro2 cuerpo2.

Ya no e27aremo2 má2 junto2, 2ólo nue27ro2 c0razone2. E2tará2 allí, y yo c0ntig0 a cada 1n27an7e. E27aré den7ro de t1. C1erra 61en lo2 ojo2 y no 2ólo me 2en7irá2, 21n0 9ue 7am61én me verá2. 7am6ién e27aré a111 d0nde m1re2, en f0rma de mú2ica en cual9u1er 7erraza, o de in27rumen7o mu2ical en la ca11e. Pued0 2er 1a 6o7e11a de champú del 2úper, 0 el fra2co de co1onia de ca2a. Me verá2 en el cuadro en ca2a de un amigo, o d12frazado en pa1a6ra2 9ue u2á6amo2 jun7o2. Puedo 2er la e27re11a 9ue mira2 en el c1e1o, o la pareja 9ue mue27ra 2u amor en pú6lico en e1 par9ue. En 7odo2 e2o2 lugare2 e27aré jun7o a 7i, p0rque e27oy en 7odo2 lado2 d0nde m1re2, 2ól0 71ene2 9ue 6u2carme y me 3nc0ntrará2..."

Paraiso 2000

Existe un Paraíso de Luz, sin ruido, donde hay árboles de vida, y entre ellos flores de loto. El viento roza los elementos desnudos, mientras mueve las alas del destino. Todo está reflejado por un Sol donde los ángeles, juegan con los pensamientos de los Dioses y los convierten en almas. Allí mismo, empieza un Arco Iris que llega hasta el infinito, donde esta la Cascada Azul. En su base, la Luna se refleja y nace el Río Blanco, que fluye hasta llegar al Mar de la Vida, donde terminan las almas vestidas con cuerpos humanos al haber sido arrastradas por la corriente.

En la Cascada Azul, emanan a borbotones los pensamientos de las almas, que se convierten en deseos y presentimientos cuando caen al Río Blanco. Al llegar al Mar de la Vida, se convierten en sueños y sentimientos para que las almas los puedan ver, sentir tocar y coger, pero pocos serán los pensamientos, sueños y deseos, que llegarán sanos y salvos a cada alma, puesto que muchos de los cuerpos de las almas, estarán preocupados por nadar en el Mar de Vida.

Seguir el camino inverso desde el Mar de la Vida hasta el Paraíso de Luz, solo se hace cuando el alma se va del cuerpo en el Mar de la Vida. Se evapora y vuela entre las nubes del cielo para retornar al origen. Es preparando ese viaje, cuando la vida sonríe a cada paso, donde la felicidad existe.

Este fluir, lo hacen todas las almas sin saberlo, es un círculo que recorren una y otra vez, hasta que, cansadas las almas, escapan del fluir de este ciclo, y forman parte del Todo que nos Rodea. Ése es el final real del camino que hay que recorrer, pero, para llegar allí, hay que conseguir superar las pruebas que nos pondrán los Dioses cuando nos guíen a través de la Tierra, Mar, Fuego y Aire.

Sólo aquel que se convierta en parte del Todo, es digno de besar el suelo que pisa.

Sólo aquel será digno de tenerte en su regazo.

Sólo aquel será digno de poseer tus deseos.

Sólo aquel será digno de la gran madre que nos guía sin saberlo.

Amor a Roma III

31.- El amor es un episodio de la vida del hombre. En la de la mujer, es toda su
existencia.
32.-La única victoria sobre el amor es la huida.
33.- A lo largo de la juventud, pensamos en amar pero sólo cuando hemos envejecido en
compañía de otra persona, conocemos la fuerza de la amor.
34.- No es la felicidad lo que pedimos al amor, sino el poder de perfeccionaros
interiormente.
35.- La perfección en el amor es la mayor riqueza en esta vida.
36.- El odio es un medio, el amor un fin.
37.- En el amor, todo queda roto cuando uno de los dos amantes ha pensado en la
ruptura es posible.
38.- Nuestro primer y único amor es el egoísmo.
39.- El primer suspiro de amor es el último de la sabiduría.
40.- Confiamos el secreto en el seno de la amistad, pero en el seno del amor, escapa de su cárcel.
41.- El amor que nace de repente, es el que más cuesta de curar.
42.- El tiempo, que fortalece las amistades, debilitarán el amor.
43.- Por muy exigente que se sea en el amor, se perdonan más faltas que en la
amistad.
44.- El amor es la actividad de los ociosos y el ocio de los activos.
45.- Ah…: el amor de las mujeres, ya sabemos que es algo encantador y temible.

Cuentos III:El Ser del Verde (el Bosque de las Vocales)

En el césped del Eleclerc, bebe Becks el Ser del Verde.

Precedentes de él:

Le pertenecen "tres detentes Ser del Verde". Teje membretes “que te peten” en el neceser. Perenne es en el menester de que te den. Depende este mes del que vende detergente excelentemente. Desmerece, el que en el Eleclerc, le besen el pene en el tenderete. Célebre es él, en beber efervescentes de Schweppes.

Él cree que:

El té de Yemen es Éter de tres semestres; que Pepe es el jefe de Québec; que Selene cede el semen del pene de Jerjes; que en Kefren, crecen percebes enfrente del vergel zen; que el excel vende ces, des, es, efes, ges, eles, emes, enes, pes, erres, eses, tes; que tres veces en este mes, se venden cds en “Peters”; que Demeter es Ceres; que el lp es de Lepe; que Pelé es metre del tenderete de Clemente; que el gerente del Eleclerc bebe gel; que Esther depende del stress en el menester de vender Espetec; que el pesebre se vende excelentemente en yenes...

Referentes de él:

Cree en el gen demente del enclenque R. Jensen. Cree que es Hermes, el que mete el pene tres veces en Deméter. Demente en este menester, mete el pene de repente en el pez celeste que crece en el verde del césped. Se estremece de ver el destete de Mercedes entre pequeñeces de tente. Se enternece de ver gente pelele en “Teleperet”.

Creyentes:

Envejece en enverdecer el césped. Se mete en él el mes de berebere behevente. Levemente, en embellecer el verde, es repelente ver que crecen heces del retrete en el césped del Ser del Verde.

¡Cerdete!.